Cuenta la leyenda que hace miles de años la diosa Atenea y el dios Poseidón se encontraban discutiendo fuertemente, ya que ambos se disputaban entre sí la soberanía sobre la ciudad de Atenas. La discusión llegó en un momento a los oídos del Dios Zeus, del cual se creía que era el más sabio de todos los dioses. Al enterarse del conflicto, Zeus reunió a un tribunal de dioses, el cual decidió que se le otorgaría la soberanía de la ciudad al que creara la más hermosa obra para los hombres.
Tras una gran deliberación, el tribunal conformado por los dioses dio a Atenea como la ganadora de la competencia, por lo que desde ese momento se la conoció como a la Patrona de Atenas y desde entonces los seres humanos conocemos y disfrutamos del olivo.